Hay diversas vocaciones en la Iglesia. Cada una se recibe de Dios para el servicio al mundo y cada una tiene su lugar. El próximo día 11 de junio celebraremos, presidida por D. Joseba Segura, Obispo de Bilbao, la ordenación como presbíteros de Borja, Jaime, Pepe, Manu, Andrés, Alberto y Carlos. Esta vocación sacerdotal en la Compañía es para la misión recibida de la Iglesia en su diversidad y que lanza a la Compañía a llevar el Evangelio de Jesús.
Todo nació de un grupo de amigos estrechamente unidos, que comparten la profunda experiencia de haberse encontrado personalmente con Dios en el marco de los Ejercicios en París en el siglo XVI y en tantos sitios del mundo desde entonces. Además, la vivencia cordial de unos con otros, como quien tiene una sola alma y un solo propósito en la vida, dio y sigue dando un original modo de estar en el mundo.
Ya desde los inicios de conversión de Ignacio de Loyola a Manresa entre 1521 y 1523, se propuso entregar su vida al servicio de la Iglesia y ser parte viva de esa Iglesia, como estos nuevos sacerdotes jesuitas. Esta pertenencia en Ignacio nunca entraría en conflicto con la radical inmediatez de su experiencia de Dios, de su experiencia mística. Recibir una vocación consagrada y sacerdotal en la Compañía no es individual sino comunitaria, formando un cuerpo para la Iglesia. Justo en este punto, nuestra sociedad de hoy, marcada por la incertidumbre social y política, necesita profundizar más en el nosotros, como Compañía, como Iglesia, como Humanidad, que en el yo hipercentrado en sus propias necesidades y demandas y que se acaba aislando y ensimismando.
Del mismo modo los que se agruparon en unión muy estrecha alrededor de Ignacio, deseamos que Dios bendiga estas nuevas vocaciones sacerdotales para una Iglesia más sinodal y menos clerical. Ser ordenado sacerdote hoy parte de la convicción de que sólo desde la Iglesia van a poder ofrecer un mayor servicio a los hombres y mujeres de este tiempo al modo ignaciano, que se realiza en múltiples formas siempre buscando una mayor apertura al lenguaje del mundo y al diálogo con él desde una profunda y entrañable relación con Dios.
Antonio José España, SJ
2022 05 31