Este sábado, en la Iglesia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja (Maldonado) se ha celebrado una eucaristía en el transcurso de la cual se ha hecho efectivo el nombramiento de Enric Puiggròs como nuevo Provincial de España. Más de cien jesuitas de toda la provincia, así como familiares de Enric, amigos y colaboradores en la misión se hicieron presentes para compartir este momento.
La festividad del Inmaculado Corazón de María fue el marco de la celebración. La monición de entrada recogía algo de lo que hoy nos congregaba. «… es un día para poner el corazón en juego. Agradeciendo una etapa que termina y otra que comienza. Acogiendo la continuidad de una misión que quiere ser respuesta a la llamada de Dios, y la disposición al servicio de Enric, que hoy ha de asumir una responsabilidad de tanto calado como el gobierno de esta Provincia de España de la Compañía de Jesús. Que la palabra sea hoy escuela. Que el cuerpo entregado y compartido de Cristo sea alimento y nos dé fortaleza en el camino. Que sepamos ser comunidad en esta misión que tantos compartimos y que podamos apoyarnos unos a otros en el afecto, la oración y en la comunidad»
Nada más comenzar la Eucaristía el socio del provincial, Juan Pablo Rodríguez, leyó el nombramiento de Enric por el padre General.
En la homilía Enric quiso insistir en tres ideas claves que encontramos en el corazón de la misión: reconciliar, cuidar y compadecerse.
«Definimos la misión que tiene la Compañía como una misión de reconciliación. Está en nuestro “adn” intentar tender puentes más que alzar muros entre las personas, realidades o situaciones. Por eso se nos llama a estar en las encrucijadas de la vida y de la realidad. Pero esta reconciliación no es un acto ético, sino que es respuesta a la reconciliación que Dios ha operado en nuestros corazones. Una lectura de la realidad que tensa, disgrega, desune…desde Dios es armonía no exenta de las justas disonancias para que una melodía suene bonita.
Y para seguir profundizando en nuestra vida debemos ejercitarnos en el conservar las cosas en el corazón. Por eso la fiesta de hoy nos pone delante el ejemplo de María. Conservar en el corazón no implica entenderlo todo al instante. Implica dos momentos: la escucha y la aceptación del proceso que necesitamos para aprehender la realidad.
En tercer lugar, la compasión nos sitúa ante un modo de proceder necesario, pues estamos invitados a vivir desde la escucha especialmente de aquellas realidades sufrientes: sea por la falta de sentido de la vida, por la ausencia de justicia, de paz. En definitiva, la lucha por la dignidad en todas sus manifestaciones.
Si tuviera que quedarme con una frase de los ejercicios que viví en el pórtico de la pasada Congregación de Procuradores -dijo Enric-, me quedaría sin duda con “en Él solo la esperanza”. Y repasando lo que he tenido que vivir en estas 3 últimas semanas me reafirmo en esta frase. La realidad muchas veces nos desnuda de falsas convicciones, estériles demostraciones de poder y peligrosas exhibiciones de fuerza…y cuando esto pasa, Dios se abre paso. Es así como una realidad de Cruz se abre a la Pascua. Abrirnos con sencillez a esta experiencia es una invitación que recibimos: por María a Jesús (porque necesitamos de toda la ayuda para dejarnos inundar por el Misterio de Dios.
Pidamos a Dios en esta eucaristía por intercesión de María para que nos acompañe en esta misión a la que Él nos llama.» La oración, todos juntos, del Tomad, Señor, sirvió de colofón para estas palabras.
A continuación, la oración de los fieles nos llevó a pedir por la Iglesia, por las vocaciones, por Enric, por Antonio, por la misión de la SJ y por quienes compartíamos esta eucaristía.
Otro momento especial vino en la acción de gracias. En este caso fue Antonio España, ya ex-provincial, quien aprovechó para decir unas palabras de despedida. En su reflexión agradeció, con muchos nombres propios, la ayuda y el apoyo que ha tenido en su misión. Pidió perdón por aquello en lo que haya podido ser obstáculo, y fue desgranando alguno de los momentos intensos de estos seis años, evocando la complejidad de situaciones que iban desde el procés hasta la crisis de los abusos, pasando por la pandemia, la necesidad de ir afrontando la disminución o el proyecto de provincia. Si al comienzo del provincialato hubiera dicho qué querría haber conseguido al final, serían dos cosas: Unir e inspirar. «eso es lo que he tratado de hacer estos años, contando con muchas de vosotras y de vosotros» -concluyó-. Un atronador aplauso acogió estas palabras.
Con un canto a María -el coro del noviciado fue el que acompañó con gusto y belleza la celebración- terminamos la Eucaristía.
Concluida la celebración, subimos a la terraza de Maldonado para compartir un buen rato de conversación, encuentro y una comida antes de que la gente volviera a sus lugares de origen.
2023 06 17