Durante este tiempo del curso, muchas instituciones están inmersas en la planificación del próximo curso. Preparar las asignaturas a impartir y el listado de profesores, las iniciativas de una universidad, el deseo de conseguir un mayor impacto de transformación social o aventurarse a alguna iniciativa de tipo pastoral que dé respuesta al contexto que vivimos son aspectos que focalizan nuestros esfuerzos en este momento del curso.
También dentro de la Compañía de Jesús es tiempo de muchos destinos. Algunos compañeros terminan algún servicio y están esperando una nueva misión. Otros reciben de forma sorpresiva la invitación de parte del Provincial, a cambiar el rumbo y disponerse a alguna nueva misión. Todo esto forma parte de nuestra vida.
Me parece significativo invitarnos a un ejercicio de profundizar en la vivencia interna del verbo preparar. Porque no somos una mera organización que distribuimos los efectivos lo mejor que sabemos; la Compañía tiene una misión, y pretende ir en búsqueda de lo que Dios nos plantea, sea a nivel personal como a nivel comunitario. Por eso el disponerse en indiferencia es un don de Dios, porque sólo un amor desmesurado hacia el Señor puede superar nuestra limitada capacidad de responder. Y preparar hace referencia a facilitar más y mejor la presencia de Dios en nuestro mundo. Es hacer más posible a Dios.
Que el cansancio lógico del fin de curso y las prisas que a menudo nos amenazan no nos impidan vivir este tiempo desde el deseo de descubrir la invitación que Dios nos hace a la conversión permanente.
Enric Puiggròs SJ
2024 05 06
