La ordenación en la catedral de Valladolid el sábado 26 de junio de Íñigo H. Alcaraz Torres SJ, Antonio F. Bohórquez Colombo SJ, Daniel Cuesta Gómez SJ, Nubar J. Hamparzoumian Herrero-Botas SJ, Álvaro Lobo Arranz SJ e Iñigo Merello Terry SJ. fue una celebración llena de simbología hacia tiempos nuevos y esperanza de futuro. Un compromiso de vida en pleno año ignaciano, rememorada la conversión de Ignacio de Loyola en la homilía del cardenal y arzobispo de Valladolid, D. Ricardo Blázquez, y en la última acción de gracias compartida por Lobo. Familiares, compañeros jesuitas y amigos pudieron ser testigos de sus votos y vivir con ellos la alegría de su nuevo paso como miembros de la Compañía de Jesús.
En la ceremonia, guiada por Cristóbal Jiménez SJ, y presidida por D. Ricardo Blázquez y el provincial Antonio España, estuvieron muy presentes las medidas contra la pandemia -higiene de manos, distancias y mascarillas- con la esperanza de un tiempo nuevo ante los anuncios de una vida con menos restricciones. El atípico diaconado de todos ellos con largos periodos de aislamiento se abre a un ministerio pastoral esperanzador: “En la pertenencia de corazón y de vida a la Compañía de Jesús está vuestro hogar y vuestra escuela como discípulos de Jesús y misioneros por el mundo”, decía D. Ricardo Blázquez en la homilía. “La autenticidad de vuestra pertenencia os fortalece en la esperanza que no defrauda y os capacita para vivir en las pruebas con serenidad y hasta con gozo en el Señor”.
La Palabra y la música del Coro Nueve y Cuarto acompañaron el rito de la ordenación: su revestimiento con la estola y la casulla, símbolos que les acompañarán a partir de ahora en su ministerio sacerdotal; ungimiento con el santo crisma en las manos, para que sean en este mundo prolongación de las manos del Señor y la entrega del cáliz y la patena. La liturgia de la ordenación terminó con el abrazo de la paz. Todo ello expresión del don de la vocación.
Álvaro Lobo SJ expresó en nombre de los seis, la gratitud por tanto recibido: de Ignacio de Loyola; de los jesuitas que han hecho posible la ceremonia con tanto cuidado y cariño; Cristóbal Jiménez, a Gerardo Villar, a Roberto Villasante. A Antonio España, “por tu cariño, tu comprensión, tu confianza y, por qué no, tu paciencia en este tiempo de formación”. Gracias también a todos los compañeros por “enseñarnos a ser jesuitas y mostrarnos el Evangelio y el modo de ver el mundo a la manera de Ignacio de Loyola y con la pasión de san Francisco Javier”.
Los ordenandos tiene previstas la celebración de sus primeras misas: Álvaro Lobo en la iglesia de Ruiz Hernández de Valladolid el domingo 27 de junio; Dani Cuesta en Segovia el 29; Íñigo Alcaraz y Nubar J. Hamparzoumian en el Recuerdo el próximo 4 de julio; Antonio F. Bohórquez en el colegio Portaceli de Sevilla el 10 de julio e Iñigo Merello en el Puerto de Santa Maria el 16 de julio.
“Como Compañía de Jesús estáis llamados a la intimidad de amigos de Jesús, a dejaros formar cada día en su escuela, a participar en la misma suerte con los hermanos, a descansar en la fraternidad (cf. Mc. 6, 30-32), a compartir el consuelo que Dios otorga en tiempos de tribulación (cf. 2 Cor. 1, 3-7); tomando parte en la misma misión desde lugares distantes y en diferentes tareas”.
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El video de la celebración aquí
2021 06 30 (Fotografía Infosj)