Esta mañana fallecía en Gijón el sacerdote Fernando Fueyo. Había nacido en Gijón en el año 1937 en el seno de una familia numerosa, su hermana Ángeles, religiosa de las Hijas de la Caridad, Manuel también sacerdote y Carlos, todos ya fallecidos.
Fue alumno de los Hermanos de la Salle, populares baberos, en el barrio alto de Cimavilla, antes de iniciar camino, con 12 años, hacia el Seminario de Comillas en Santander, regido por la Compañía de Jesús. Allí cursaría los estudios de latinos, humanidades, filosofía y teología. Con 24 años es ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1962 por el entonces Nuncio Apostólico en España Ildebrando Antoniutti.
Regresa a Asturias y es destinado a San Pedro de la Felguera, precisamente de Langreo eran sus padres Blanca y Manuel, ebanista de profesión y conocido como Manolín el de Casa Fuentes de Gijón. Años después regresa al seminario, pero esta vez en Oviedo y como profesor. Y aparece en su vida, África, el arzobispo le plantea el reto de irse a la misión diocesana de Burundi y hacía allí parte con su compañero y amigo Yayo González Quintana, destino en el que estará, de nuevo, doce años, número que persigue a nuestro querido Fernando a lo largo de su vida.
De regreso a España, Entrevías, en Luarca, lo recibe, como paso previo a su nombramiento como párroco de San Nicolás de Barí en el barrio del Coto en el año1983, donde permaneció durante 36 años y con 82 de edad. Parroquia que levantó con la ayuda de sus vecinos y feligreses. En Gijón coincidió con su hermano Manuel, también sacerdote y párroco del Espíritu Santo.
No se puedo dejar de mencionar a su querido Sporting de Gijón, una de sus grandes pasiones, y al que está vinculado desde los años 90 como capellán.
A lo largo de su vida estuvo muy vinculado a la Compañía de Jesús y fue activo participe de las celebraciones que los jesuitas organizaban en Gijón, especialmente en el Colegio de la Inmaculada en las festividades de San Ignacio y de la Virgen Inmaculada.
Todos los que formamos la Plataforma Apostólica de Jesuitas en Asturias nos unimos en oración a su Comunidad Parroquial de San Nicolas de Bari, a sus compañeros sacerdotes diocesanos, a su familia y a sus muchos amigos.
Agradecidos por su amistad. Que Dios le bendiga, y le reciba con su abrazo eterno.
Descanse en paz.
2022 06 23
Fotografía: EL COMERCIO