Las lecturas de este domingo nos hablan de la generosidad de la viuda de Sarepta (1ª lectura; 1 Reyes 17, 10-16) nos recuerda la importancia del compartir, aunque se tenga poco. Los pobres de todos los tiempos, siempre escasos de pan, dan ejemplo en esto de la solidaridad a los ricos, a quienes sobra todo. También Jesús, en su tiempo, elogia la generosidad de otra viuda que aportó sus dos únicas monedas (Evangelio: Marcos 12, 38-44)
Los sinceros y generosos casos de caridad, justicia y solidaridad se mezclan en la historia con las limosnas abundantes de los fariseos ricos, dadas por ser vistos y alabados por los hombres; pero Jesús ve los corazones, a veces más llenos de orgullo y soberbia que los bolsillos de dinero.
La pobre viuda da más que una limosna; ¡arriesga su vida por compartir! Dios estima más el corazón que el don. Jesús la alaba y en Jesús la plenitud la aguarda: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. La liturgia continúa explicando también la intercesión definitiva de Jesús (2ª lectura: Hebreos 9, 24-28), el Hijo del Padre, por todos.
Buen domingo.
11 noviembre 2018
Texto: Taco calendario del Corazón de Jesús