Festividad de San Pedro Fabro

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En ocasiones, en el mundo del deporte se dice que un deportista podría haber sido aún más reconocido de no ser porque coincidió en el tiempo con otro gigante. Algo así ocurre también en el mundo de la fe. Este fue el caso de San Pedro Fabro, cuya memoria hoy celebramos. Este jesuita saboyano fue uno de los primeros compañeros de Ignacio, con el que compartió habitación en París, en sus tiempos de estudiante en la Sorbona, junto con Francisco Javier. De hecho, fue el primero de los compañeros en ordenarse sacerdote (por lo que presidió la Eucaristía de los votos de Montmartre). Sin embargo, junto a dos personalidades tan arrolladoras como las de Ignacio y Javier, su vida parece que quedó un poco más a la sombra. A pesar de ello, ha sido modelo para generaciones de jesuitas (como el propio Papa Francisco que lo canonizó en 2013).Fabro, como muestra en su diario espiritual, sufrió mucho por su carácter indeciso, tímido y escrupuloso, pero gozó mucho de una profunda experiencia de Dios, de su deseo de buscarle y hallarle en todas las cosas. Todo ello le fue configurando como un jesuita ejemplar: el amigo predilecto de los primeros compañeros, el especialista en dar Ejercicios (era el que mejor los daba, según el parecer de Ignacio), el hombre atento y servicial a la hora de acompañar y echar una mano a todo el que lo necesitase, como cuando Ignacio lo envió a desempeñar delicadas misiones en España, Portugal o Alemania.Pidámosle al Señor, por intercesión de San Pedro Fabro, humildad en su seguimiento, sabiendo que es a Él al que debemos poner siempre primero ante nuestros ojos.

2021 08 02 Espiritualidad Ignaciana

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