Es tiempo de esperanza y de paz. De acogida y de encuentro. De acordarse de los que no ya no están y de los que tenemos cerca y parece están muy lejos. Tiempo de oración y de agradecimiento por tanto bien recibido a lo largo del año que termina. De reflexión sobre lo que nos espera y que debemos de ver desde la confianza en ese niño que hoy va a nacer y que tanto va a hacer por nosotros.
Así pues, dispongámonos a celebrar el nacimiento de Jesús preparándonos para su encuentro, no con temor ni miedo, sino con mucho amor y alegría. Porque ese niño lo va a cambiar todo, va a poner patas arriba la Ley, a los profetas, el templo. Feliz Navidad y los mejores deseos para el año nuevo que ya asoma en el horizonte.
Fotografía: La adoración de los pastores de Murillo. Museo Bellas Artes de Sevilla.
25 diciembre 2018