Es hora de volver a contar la Navidad

Feliz Navidad
diciembre 24, 2019
Fallece el Hermano Tomás Nistal SJ
enero 12, 2020

Encuentro que la Navidad se adueña de nuestras calles, como una ceremonia global donde se iluminan los exteriores, se invita al encuentro familiar y social y, también, se impulsa el consumo, aunque no lleguemos a necesitarlo del todo y nos sobrepase totalmente. Todo es parte de una tradición occidental cristiana, a la que se suman diferentes y nuevos mensajes multiculturales, en los que quizás podemos despistarnos. Formamos una nueva suma llena de perplejidades. El Papa Francisco decía el pasado 21 de diciembre 2019: “En las grandes ciudades necesitamos otros “mapas”, otros paradigmas que nos ayuden a reposicionar nuestros modos de pensar y nuestras actitudes, hermanos y hermanas: no estamos más en la cristiandad. No más. Hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados”. ¿Qué podemos aportar a la Navidad, ahora que ya no es “nuestra”? ¿Qué mapas podemos mostrar que sean inteligibles, que ayuden a los que buscan a encontrar su lugar o, al menos, comprender el aporte de religioso cristiano? Lo primero es cómo hacernos más claros, cómo ayudar a que seamos accesibles, incluso cuando no se quiere escuchar un mensaje religioso. Cada vez más, en España crece en ateísmo (11%) o la distancia ante lo religioso en lo que se denomina “postcristianismo”, que probablemente sea mucho mayor que un número estadístico. No basta con fórmulas de cumplimiento ni afirmaciones doctrinales estereotipadas, excelsas y frías. Lo que valía habría que llevarlo a una nueva narrativa más cercana y positiva del ser humano y de la responsabilidad con el mundo. En ese mapa no debería de faltar la pasión por la profundidad, aunque no venda ni sea útil para muchos. En las posibilidades de calado sobre personas y cosas se pueden encontrar realidades nuevas y crecientes. Quizás, los moldes y las costumbres impiden que mostremos esta parte interior, reflexiva y honda que acompaña la fe y la expresión cabal de ella. A lo mejor intentarlo, cuando venga la ocasión, es una manera real de aproximarnos a la Navidad desde un paradigma renovado. Y este mapa debe llevar al encuentro verdadero con las personas con las que estamos conviviendo en la familia, en la comunidad, en el trabajo, en la sociedad, … Es un modo de situarse donde se mira por cada vida y se supera el drama de la separación de culturas, caracteres, clases sociales, o ideologías. Este encuentro lleva a contemplar la justicia no solo para mí y mis amigos, sino para lo que puede generar un bien común mejor para todos. En este encuentro, la Navidad nos somete a una pregunta que no podemos dejar de hacernos sobre Dios, a quien le iba lo sencillo y lo de abajo: «dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lc 2,7). Un encuentro que partió de la humanidad más vulnerable, allí donde todos encontramos nuestra morada. Una nueva Navidad en 2019 sigue siendo un llamamiento para releer nuestra tradición y rehacer el mapa que nos han enseñado y nos han trasmitido. Nos pide menos pasividad y más actividad cristiana creativa ante el momento que vivimos de un “tejido cultural menos unitario”, como decía Benedicto XVI, y que nos convoca la novedad sincera de nuestro anuncio. ¡Feliz Navidad!

Antonio J. España, SJ

X