Ayer día 5 de febrero se cumplían 28 años del fallecimiento del Padre Arrupe SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, y en Roma se iniciaba el proceso de su beatificación. Es una gran noticia para todos los que formamos la gran familia ignaciana y jesuita, orgullosos de nuestros antecedentes y esperanzados en el futuro al que tanto han contribuido hombres como el P. Arrupe SJ. Os dejamos la estampa con su imagen que fue repartida en el acto y la oración que la acompaña:
“Dios, Padre bueno, que en el bautismo has revestido de Cristo a tu siervo Pedro Arrupe y lo llamaste a su seguimiento en suma pobreza espiritual en la Compañía de Jesús, escucha benigno nuestra oración.
Él se entregó a ti plenamente, como misionero y guía de sus hermanos, tanto en la salud como en la enfermedad.
Movido por el Espíritu Santo, lo has puesto al servicio de la fe convirtiéndolo en maestro de discernimiento y dócil servidor de la justicia del Reino.
Con confianza te rogamos que, a imitación de Jesucristo pobre y humilde, a quien amó entrañablemente, el Padre Arrupe pueda ser reconocido como modelo de vida evangélica y testigo de cómo ser profetas en el mundo, animándonos a ser, en toda cultura, “hombres y mujeres para los demás”.
Por su intercesión, y para tu mayor gloria, te pido ahora esta gracia particular que desees concederme para tu servicio y alabanza.Por Cristo, nuestro Señor. Amén”